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Los avances de la salmonicultura en Chile que detectó el informe de Seafood Watch

Las principales empresas productoras de salmón expresaron su conformidad frente al último informe de la organización que estudia la industria de productos del mar.

Conformes y bajo el entendimiento que aún queda camino por recorrer. Esa fue la sensación principal que se desprende de las empresas chilenas productoras de salmón ante el último informe elaborado por Seafood Watch for Aquaculture, el cual estuvo enfocado especialmente en el análisis de producción de distintas especies de cultivo en varios países productores del mundo y en la emisión de recomendaciones para el consumo del salmón nacional.

Respecto a este informe, el Consejo del Salmón –que reúne a AquaChile, Australis, Cermaq, Mowi y Salmones Aysén y que en su conjunto representan más de la mitad de la producción de salmón en Chile- confirmó que desde agosto del año pasado están adheridos al programa CSARP (Chilean Salmon Antibiotic Reduction Program), el cual pretende reducir el uso de antibióticos en la producción, con la ayuda de un importante organismo internacional como es Monterrey Bay Aquarium.

En este sentido, el gremio dio su visto bueno al informe de Seafood Watch, al este destacar que los centros de producción que tienen la certificación internacional ASC (Aquaculture Stewardship Council), son recomendados como una buena alternativa de consumo a nivel mundial (clasificación amarilla), y que en Chile, un 55% de la producción de salmones (tanto su especie Atlántico como Coho), cumple con tener esta certificación. Así, se desmiente lo que algunos medios de comunicación transmitieron al señalar que la Seafood Watch no recomendaba los salmones chilenos. “Esta es información distorsionada, el informe evalúa la producción en distintos países como Noruega, Canada, Escocia y también Chile, y en términos comparativos, Chile queda bien y con mejoras respecto a la ultima calificación”, afirman desde el Consejo del Salmón.

Los resultados del informe

Otro logro importante que destaca el estudio es que a nivel de Chile, y por primera vez desde 2018, una región completa aparece listada con clasificación amarilla (“buena alternativa”). Tal es el caso de Magallanes y la Antártica Chilena, la cual estaba catalogada como roja en la edición pasada del informe del Seafood Watch. Además, al mirar las cifras y promedios obtenidos en cada uno de los criterios medidos, respecto el informe anterior (2018) con el emitido a fines de 2021, se observa que éstos aumentaron en todas las categorías, lo que sin dudas, evidencia las mejoras.

Es en base a estos resultados que el Consejo del Salmón valoró positivamente el informe. En voz de su directora, Joanna Davidovich, expresaron su optimismo frente al progreso al compromiso de las empresas asociadas a la hora de reducir el uso de antibióticos y con la salmonicultura sostenible, ya que, y según explican desde el Consejo, al comparar los resultados de este informe con cifras de 2018 (primer análisis), es posible establecer que la industria chilena ha reducido en 40% el uso de antibióticos para la producción de salmones.

Dentro de los principales resultados del estudio, se destaca que el índice del Seafood Watch considera que los centros que cuentan con la certificación internacional del Aquaculture Stewardship Council (ASC) pueden considerarse bajo la clasificación amarilla (“buena alternativa”) y son recomendadas para consumo,

¿Qué sucede en otros países?

En otros apartados del informe, la organización que analiza los productos del mar estudió cómo es el proceso productivo de salmón de otros países en el mundo. Respecto al salmón atlántico, investigó 27 zonas diferentes hallando a seis naciones que trabajan con esta especie. 19 de ellas fueron calificadas como rojas (70%) al igual que Chile.

En el caso de Noruega, el líder mundial en producción de salmones y usado como buen ejemplo por ONGs y otros grupos, 10 de sus 13 sectores destinados a la producción salmonera fueron calificados rojos, o no recomendados. Por otro lado, Canadá –otro de los llamados, ‘modelos a seguir’– vio como 3 de sus 4 territorios productivos fueron también catalogados como rojos. Según expresó Davidovich, esto confirma que el desafío de reducir el uso de antibióticos no solo ocurre en Chile, sino que es un tema transversal en varias naciones.

Chile sigue avanzando en una producción sustentable

Con los resultados entregados en el informe de Seafood Watch, el Consejo del Salmón tiene claro que hay camino por recorrer, considerando que dos de las tres regiones analizadas están calificadas bajo el color rojo (Los Lagos y Aysén). También, el cultivo del salmón coho de las tres regiones está calificado como rojo, aunque se han conseguido avances.

Sin embargo, ¿por qué se clasifica como rojo al salmón coho si no se utilizan antibióticos para su producción? Desde el Consejo señalan que esto se explica por los escapes ligados a esta especie en la última década y a la escasez de evidencia científica sobre su posible inocuidad. Uno de los desafíos de la industria es avanzar en obtener evidencia científica robusta sobre si existe impacto por los peces escapadoss en la biodiversidad, comentan las empresas salmoneras.

Finalmente, desde el gremio aclararon que ambas especies –salmón atlántico y coho-, al ver sus puntajes acumulados según los 7 criterios analizados, habrían calificado bajo el color amarillo de “buena alternativa”. Sin embargo, dado que sólo uno de los siete criterios seguía con puntajes válidos para la categoría rojo, eso “arrastró” a toda la calificación, dados los exigentes criterios que utiliza el Seafood Watch.