La psicóloga chilena comenta que este es un proceso por el que muchos pasan, generalmente en edades que sobrepasan los 40 años. La pandemia ha sido un factor importante para gatillar este sentimiento, explica.

A todos alguna vez nos ha pasado que nos sentimos desmotivados por alguna razón, pero no sabemos qué es. A veces la sensación puede durar un rato o un día, pero en algunos casos esto se puede extender indefinidamente.

Si esa sensación va acompañada de preguntas internas como “¿qué estoy haciendo en este mundo?” o “¿cuál es realmente mi propósito en esta vida?”, es posible que nos encontremos en frente de un proceso de crisis existencial. 

Si te sientes identificado con estos sentimientos, quédate tranquilo, ya que según explica Alejandra Goñi Ossa, psicóloga de la Universidad Adolfo Ibáñez, esto es algo habitual en nuestra sociedad, más aún en los mayores de 40 o 50 años. 

“Cuando ya tenemos una edad más avanzada, comenzamos a analizar cómo ha sido nuestra vida hasta el momento. Algunos se conforman con lo que han logrado, y otros, en cambio, se comienzan a hacer preguntas acerca de si realmente han manejado bien su vida”, comenta la especialista. 

¿Cómo saber si estoy pasando por una crisis existencial?

Dentro del ámbito de la psicología, existen diferentes indicios que nos permiten concluir que estamos pasando por una crisis existencial. Goñi Ossa comenta algunos síntomas: 

• Angustia
• Frustración
• Ansiedad
• Insatisfacción generalizada
• Cansancio mental
• Miedo
• Insomnio
• Falta de motivación

Pero, ¿cómo es que se gatilla una crisis existencial? La mayoría de las veces aparece de forma espontánea, al conversar con alguien, ver una película o leer un libro. No obstante, a veces surge a raíz de un evento que la desencadena. 

Estos eventos pueden ser cambios comunes que se presentan en la vida, como casarse, abandonar la casa de los padres, cambiarse de trabajo, entre otros. No obstante, también puede gatillarse con eventos más traumáticos, como un divorcio, la muerte de un ser querido, ser despedido de un trabajo, enfermedades, entre otros acontecimientos. 

La pandemia, un factor gatillante

Pero si hablamos de eventos que pueden desencadenar una crisis existencial, es posible decir que la pandemia ha sido ese suceso gatillante. “No lo podemos considerar un proceso traumático, salvo que hayas perdido un familiar o algo parecido. Sin embargo, para muchos significó un tiempo de reflexión que motivó a hacerse preguntas de índole existencial”, comenta Alejandra Goñi. 

La psicóloga explica que gracias a las cuarentenas, muchos comenzaron a pasar más tiempo en casa, lo que pudo haberles servido para analizarse internamente. En este sentido, comenta que si los síntomas descritos anteriormente se extienden en el tiempo, es necesario solicitar la ayuda de un especialista, ya que fácilmente esos sentimientos pueden llevar a una depresión. 

¿Cómo salir de una crisis existencial?

Goñi es clara en decir que la mejor forma de comenzar a trabajar en este problema es no solo enfocarse en lo negativo que me ha tocado en la vida, sino que también, identificar cuáles son las habilidades y fortalezas que he ganado a lo largo del tiempo. En el caso de no saber reconocerlas, la ayuda de un psicólogo puede ser fundamental. 

En muchas ocasiones, la búsqueda de estas virtudes resulta muy compleja para las personas, ya que se ciegan pensando en lo que la sociedad quiere de ellos y no lo que ellos realmente quieren conseguir. 

“Esto proviene de la forma en la que nos educan, ya que se nos impone una forma de pensar, de hacer y de plantearse frente a la vida. Durante la infancia es el momento preciso para reforzar los talentos y habilidades que tienen los niños, cosa de que cuando sean mayores, puedan hacer sus vidas en torno a lo que saben que hacen mejor”, manifiesta Alejandra Goñi. 

Si ya tienes más de 40 o 50 y estás pasando por una crisis existencial, la psicóloga comenta que nunca es tarde para hacer algo. Es por eso que es muy importante conocerse muy bien, ya que eso puede servir para iniciar una nueva vida, con nuevas metas y objetivos que nos llenen. 

En este sentido, Goñi Ossa comenta el ejemplo de una emprendedora japonesa que luego de trabajar por 46 años en un banco de su país, decidió dar un vuelco a su vida y convertirse en programadora. Luego de estudiar 20 años a partir de los 60, a los 81 años lanzó su propia aplicación para iPhone. Un ejemplo a seguir indudablemente.