Durante las últimas semanas, la candidata a la Presidencia por Chile Vamos, Evelyn Matthei, ha arremetido en diversas ocasiones contra la exministra del Trabajo, Jeannette Jara, exigiendo su renuncia ante la posibilidad de una candidatura presidencial. La presión mediática y política ha llevado a Jara a presentar su dimisión para poder concentrarse en su campaña con el Partido Comunista. Esta situación evidencia el clima de tensiones dentro del ámbito político chileno, donde las decisiones de los candidatos están bajo un intenso escrutinio público.
Evelyn Matthei, quien ocupó el Ministerio del Trabajo durante el mandato del Presidente Sebastián Piñera, ha tenido una carrera marcada por situaciones controvertidas. Recordemos que el 14 de enero de 2011, asumió el ministerio tras la salida de Camila Merino, pero su gestión se vio ensombrecida por decisiones impopulares, como su negativa a aumentar el sueldo mínimo de $182.000 a $250.000. Esta decisión fue argumentada bajo la premisa de que un incremento de tal magnitud podría llevar a la quiebra a algunas empresas, generando un gran malestar entre los trabajadores.
No solamente las políticas laborales de Matthei estuvieron en el centro de la controversia durante su gestión, sino también sus asuntos personales. En febrero de 2012, el concejal de Santiago, Ismael Calderón, junto al grupo ciudadano ‘Aquí la Gente’, denunciaron ante la Contraloría General de la República (CGR) que la ministra no estaba pagando correctamente las contribuciones de su propiedad en Las Condes. La denuncia señalaba que había realizado ampliaciones irregulares en su casa, lo que podría haber tenido implicaciones legales y fiscales.
El informe emitido por la Contraloría corroboró las afirmaciones de los denunciantes, alertando sobre las irregularidades en las ampliaciones no oficializadas. Es decir, que estas no contaban con la recepción definitiva por parte de la Dirección de Obras de Las Condes, lo que significaba que Matthei había estado recibiendo beneficios tributarios de manera indebida en su propiedad. Este escándalo obligó a la entonces ministra a regularizar la situación y cumplir con el trámite de recepción final, evidenciando un deslizamiento sobre sus responsabilidades como servidora pública.
Finalmente, a pesar de las críticas duras y las controversias que rodearon su mandato, fuentes cercanas a la exministra confirmaron que Matthei ha regularizado la situación tributaria de su inmueble, lo que podría ayudar a calmar las aguas en este aspecto particular. Sin embargo, este cúmulo de situaciones adversas plantea interrogantes sobre la capacidad de los líderes políticos de enfrentar los desafíos éticos en sus gestiones. Con la campaña presidencial en pleno desarrollo, será clave observar cómo estas circunstancias influirán en la percepción pública de los candidatos y sus propuestas.