La diputada Karol Cariola ha realizado una potente denuncia ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) evidenciando la vulneración de derechos que sufrió durante un allanamiento a su domicilio justo el día de su parto. Acompañada de su abogado, Cariola resaltó ante la CIDH que la Fiscalía presentó al tribunal «información errónea» basada en el polémico informe 487 de la Policía de Investigaciones (PDI), el cual contiene «faltas gravísimas». Este hecho ha generado un fuerte debate sobre las claras deficiencias en el sistema judicial chileno y la necesidad de establecer mecanismos que protejan a las mujeres en circunstancias vulnerables.
El relato de Cariola acerca del impacto emocional sufrido durante el allanamiento ha conmovido a muchos. La diputada compartió que estar en un momento tan delicado como el parto y, simultáneamente, enfrentar un operativo policial fue una experiencia «brutal, terrible y dolorosa», que no debería repetirse para ninguna mujer en el país. Su testimonio ilustra el profundo daño que pueden sufrir las personas en condiciones de vulnerabilidad y pone de relieve la urgencia de revisar los protocolos de actuación de las fuerzas policiales.
El abogado de Cariola, Juan Carlos Manríquez, amplió la denuncia señalando que al menos cinco derechos fundamentales de la Convención Americana han sido vulnerados en este caso. Manríquez exigió al Estado chileno garantías de no repetición, planteando que si no se aborda la situación de manera adecuada, Chile podría ser considerado un infractor a nivel internacional. Este tipo de pronunciamientos subrayan la importancia de que las instituciones respeten y protejan los derechos de los ciudadanos, en especial los de las mujeres gestantes y sus recién nacidos.
Además, la controversia en torno al informe 487 de la PDI ha suscitado cuestionamientos sobre la competencia y adecuación de formación en las fuerzas policiales y en el Ministerio Público. Cariola y su defensa indican que la confusión entre personas distintas no solo pone en duda la legitimidad del allanamiento, sino que representa un riesgo irreparable para los derechos de quienes están en situaciones vulnerables. Las instituciones deben reevaluar sus prácticas y metodologías para garantizar que no haya errores que puedan llevar a la violación de derechos humanos.
En su contundente intervención, Cariola cerró el llamado a la CIDH instando a que tome medidas concretas que aseguren que lo vivido por ella no se repita nunca más. ”La CIDH debe pronunciarse”, aseguró, enfatizando que la demanda no solo busca una reparación personal, sino también un cambio estructural en el sistema de justicia chileno. De esta manera, se espera establecer garantías que protejan a todas las mujeres y sus hijos, consolidando un marco legal que promueva el respeto por los derechos humanos en el país.