Durante los primeros días de febrero, la comunidad científica mundial se sorprendió con las imágenes que llegaban desde la Antártida y que mostraban cómo los termómetros marcaban de manera inesperada 20 grados centígrados en el llamado “continente blanco”, particularmente en la Isla Seymur, lo cual constituye un verdadero récord para esa zona. Esto puede ser catalogado como un efecto directo del calentamiento global, considerado por varias organizaciones internacionales como la principal amenaza que debe enfrentar la humanidad actualmente.
Sin embargo, los efectos del calentamiento global se arrastran por décadas, probablemente el más evidente ha sido el derretimiento de los hielos en todo el planeta, especialmente en los polos, incluyendo los glaciares montañosos, las superficies de hielo que cubren el oeste de la Antártida y Groenlandia y el hielo del mar Ártico.
Este deshielo tiene gran responsabilidad en otro importante efecto del calentamiento global: el incremento en el nivel de los océanos. A raíz del derretimiento de los casquetes polares, los mares aumentan su nivel ya que se vierte mucha más agua en ellos. Debido a esto, muchas islas pueden desaparecer y se estima que un gran número de ciudades costeras se verán directamente afectadas, perjudicando gravemente el diario vivir de sus habitantes.
Otros efectos
Durante las últimas dos décadas se han registrado tormentas más extensas y devastadoras a consecuencia del calentamiento del planeta. El incremento de la temperatura global hace que las lluvias sean menos frecuentes, pero más intensas. Aumentan la gravedad de las inundaciones y los huracanes también se vuelven más peligrosos.
Además, debido a la importante acumulación de gases contaminantes, la temperatura media del planeta ha aumentado (si ocurre en la Antártida, también ocurre en otros lugares). Los registros de temperatura siguen rompiendo récords alrededor del mundo; de hecho, la década que acaba de finalizar en 2019 se convirtió en la más calurosa de toda la historia. En este sentido, 2019 terminó siendo el segundo año más caluroso después del 2016.
Sobrevivencia amenazada
Un planeta más templado favorece la propagación de enfermedades. Últimamente se ha visto la reaparición de padecimientos que estaban olvidados en países más desarrollados o bien en zonas más frías del planeta. Se ha comprobado que, en los últimos años, el aumento de la temperatura ha causado un incremento en los casos de dengue y malaria en Etiopía y en otros lugares que cuentan con gran altitud.
El calentamiento global también ha puesto en riesgo la producción de alimentos básicos como el trigo, lo que ha hecho que se eleven los precios de este producto, afectando a las poblaciones más vulnerables del mundo, ocasionando hambrunas, guerras y migraciones de miles de personas que se desplazan en búsqueda de comida para sobrevivir. Es necesario cambiar la alimentación que acostumbrábamos. Es un acto fundamental para ayudar a contrarrestrar los efectos del calentamiento global.
La subsistencia de los animales también se ha visto en jaque, las especies han sido testigos de cómo su hábitat cambia dramáticamente. Los osos polares y algunas aves migratorias aparecen como los que más han sufrido los golpes del incremento de la temperatura.
En las últimas décadas ha sido tan latente el impacto del calentamiento global que no sólo ha modificado la geografía de la Tierra, sino que también ha afectado nuestro propio estilo de vida. Esto constituye una voz de alerta importante para que las autoridades alrededor del planeta tomen medidas urgentes para intentar revertir los efectos de esta grave amenaza global.