Médicos Sin Fronteras (MSF) ha emitido una grave alerta sobre la devastadora crisis humanitaria en Sudán, donde se reporta que ‘cada dos horas muere un niño’. La situación en el campo de desplazados de Zamzam, en Darfur Norte, ha sido calificada como ‘‘absolutamente catastrófica’’, después de la reciente ofensiva de las Fuerzas de Apoyo Rápido (FAR) que dejó a miles de personas en la desesperación. El informe destaca el impacto inmediato de la violencia, que ha conducido al desplazamiento de 25,000 personas hacia Tawila, muchas de las cuales presentan heridas graves y signos de deshidratación extrema. Las condiciones de vida en el campamento son insoportables, con un alto número de muertes y un acceso severamente limitado a atención médica y suministros básicos.
La situación de salud pública es alarmante, ya que MSF ha reportado que alrededor del 15% de los menores en Zamzam sufren de desnutrición aguda grave, mientras que el 40% de los niños menores de dos años enfrenta condiciones similares. Según Marion Ramstein, de MSF, se han recibido a niños que llegan a Tawila prácticamente sin vida debido a la sed y el hambre. Esta crisis se agrava con el hecho de que la mayoría de los centros de salud en Sudán se encuentran inoperativos, y las organizaciones humanitarias enfrentan cada vez más restricciones. De hecho, MSF ha sufrido 80 ataques a sus instalaciones en la región, algo que plantea un grave riesgo a la continuidad de su labor humanitaria.
Además, la violencia de género ha aumentado dramáticamente, con un incremento del 288% en los casos reportados. Las mujeres son víctimas de agresiones tanto en sus hogares como durante las situaciones de desplazamiento, un problema que ha sido confirmado por sobrevivientes que alertan sobre los atacantes armados en Chad. Todos estos elementos combinados han creado un clima de terror, donde las familias se ven obligadas a enterrar a sus muertos en fosas improvisadas, sumando una capa más a la tragedia que vive la población afectada.
En medio de una crisis que ha sido calificada como la mayor crisis de desplazamiento del mundo, con más de 13 millones de personas afectadas, la respuesta internacional ha sido consideradamente pobre y escasamente financiada. Estados Unidos ha recortado sus fondos, lo que ha tenido un impacto directo en la escasez de alimentos y medicinas. Claire Nicolet de MSF subraya que es imposible permanecer inactivos ante esta situación y hace un llamado urgente a la ONU y a donantes internacionales para que movilicen ayuda masiva y propicien corredores seguros para las víctimas.
MSF hace un llamado a la comunidad global a romper el silencio sobre esta crisis olvidada. La organización enfatiza la importancia de que cada voz cuente y hace un pedido ferviente para que Sudán reciba la atención que merece ante una tragedia humanitaria en el corazón de África. Mientras tanto, los equipos de MSF continúan trabajando en condiciones extremas, atendiendo a los heridos y proporcionando asistencia médica a una población que enfrenta el caos y la desesperación a diario.