No es fácil evadir la ansiedad en un mundo como el actual. Los conflictos del día a día, el estrés, el agotamiento y las exigencias pasan la cuenta, y lo que comienza en una cabeza que no para de pensar e imaginar cosas, pronto se adueña también del cuerpo, provocando síntomas físicos.
Miedo e inquietud caracterizan la ansiedad y las reacciones pueden ir desde sudoración y palpitaciones hasta mareos y falta de aire.
Un cuadro de ansiedad puede producirse antes de un examen o de la toma de una decisión importante. O en un primer día de trabajo o estudios. Sufrirlo de vez en cuando no genera mayor problema; sin embargo, un estado ansioso prolongado -de semanas o meses- sí afecta notoriamente el desempeño de la persona y, por supuesto, su salud. Esto, sobre todo en los casos de ansiedad generalizada y trastornos de pánico.
En la ansiedad generalizada, el afectado padece de una preocupación constante y excesiva por temas como el dinero, el trabajo, la familia y la salud, y ello se prolonga por al menos seis meses, día tras día.
Las crisis de pánico, en tanto, son repentinas y obedecen a un temor intenso –a morir, por ejemplo, o a desmayarse- sin que exista un peligro real. Pueden durar varios minutos.
Factores como la genética, la biología y química del cerebro, además del estrés del entorno pueden cumplir un rol en estos trastornos, pero se desconoce si hay una sola causa.
Es importante saber que hay maneras de manejar la ansiedad, y éstas tienen que ver mayormente con ejercicios de respiración.
Tips Infalibles
Si se aproxima un episodio ansioso o si se ha sentido en ese estado desde que se despertó, pruebe con las variadas técnicas de respiración. Su práctica regular es muy beneficiosa. Aquí, algunas recomendaciones:
Inhale y exhale
- Tome aire por la nariz de manera lenta y profunda, mientras cuenta hasta 3 para llenar bien sus pulmones. No levante los hombros, sino que infle su abdomen.
- Retenga el aire durante 3 segundos.
- Suelte el aire por la boca, muy lentamente, contando hasta 3.
- Repite el proceso por lo menos 3 veces, o hasta que se sienta mejor.
El 4-7-8
Se le conoce como la respiración relajante. Consiste en:
- Inspirar durante 4 segundos.
- Retener el aire durante 7
- exhalar en 8.
Este patrón de respiración es muy eficaz para disminuir la ansiedad y para propiciar el sueño.
Respiración Abdominal
- Ponga una mano en su pecho y la otra en su abdomen.
- Inhale lenta y profundamente por la nariz, asegurándose de que el diafragma baje (hinchando el abdomen).
- El movimiento debe ser abdominal, no del pecho.
- Realice de 6 a 10 respiraciones lentas por minuto.
Los hábitos
Otra forma de manejar su ansiedad tiene que ver con su rutina diaria:
-Duerma lo suficiente.
-Coma alimentos saludables.
-Mantenga un horario diario.
-Intente salir todos los días de su casa. Verá cómo su ánimo cambiará, y eso aliviará la ansiedad.
-Haga ejercicios todos los días.
-Hable con sus cercanos cuando se siente asustado o nervioso.
Ayuda de la Fitoterapia
A la passiflora incarnata-conocida también como “flor de la pasión”- se le reconocen sus propiedades ansiolíticas y sedantes, por lo que no sólo se indica para estados ansiosos, sino también para combatir el insomnio. Además, posee beneficios extraordinarios en otras áreas, porque es un poderoso analgésico, antiinflamatorio y antiespasmódico.
Hoy está en el mercado “Sintocalmy”, un fitofármaco con extracto seco estandarizado de este potente arbusto, indicado especialmente para el trastorno de ansiedad y tratamiento del insomnio.
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