Retomar los buenos hábitos es más fácil con los trucos ‘healthy’ de los profesionales
Hasta el 23 de septiembre no termina oficialmente el verano, pero las ganas de recuperar los buenos hábitos y dejar la temporada de vacaciones atrás es el propósito de muchos, a pesar de que la transición a un estilo de vida centrado en el bienestar no siempre sea sencilla. La clave para conseguirlo sin abandonar pasa por apoyarse en los consejos de los profesionales: como los cuatro trucos que ayudan a ponerse en forma y entre los que la dieta destaca como uno de los más importantes a la hora de notar una evolución física favorable dentro del gimnasio. La buena noticia a este respecto es que los nutricionistas se han puesto en marcha para divugar conocimientos con los que contrarrestar los excesos de los últimos meses y recuperar el orden en las comidas. Nosotros hemos seleccionado tres de ellos con el objetivo de retomar las buenas costumbres sin «efecto rebote».
1. Huir de las ‘dietas milagro’
Hoy en día las restricciones no se llevan, de hecho, la experiencia nos ha hecho aprender (por las malas) que evitar por completo un grupo determinado de alimentos tan solo conlleva problemas de salud y recuperar el peso aún más rápido de lo que se perdió. «Si este verano has relajado tus hábitos de alimentación y ejercicio, lo primero, no te culpes, has disfrutado, sé paciente y no recurras a dietas milagro, que son falsas amigas y ponen en riesgo la salud debido a la ingesta deficitaria de muchos nutrientes como proteína, vitaminas y minerales necesarias para el buen funcionamiento del organismo», avisa la dietista-nutricionista y CEO de Nutrición con Q, Paloma Quintana.
¿Lo que sí funciona? «Trata de fijar horarios en tus comidas, cenas y ciclos de sueño. Un buen descanso es vital para que nuestros relojes internos se reorganicen. Te ayudará a reorganizar las hormonas y restaurar tu salud. ¡No te restes horas de descanso de calidad!», apunta la especialista sobre un consejo que repiten a menudo los expertos. Incluso Gwyneth Paltrow, actriz y gurú del bienestar, insistió hace un par de años sobre la importancia de dormir bien y la conexión que ello comparte con el equilibrio del sistema endocrino, el mantenimiento de un peso saludable y muchos otros beneficios.
2. Limpiar la despensa
Resulta mucho más difícil abandonar los excesos si están esperándonos en la cocina: «Hay que aprender a no tener una cantidad excesiva de comida en casa. Es suficiente con tener lo necesario para elaborar un buen plan de alimentación saludable. Tener demasiada comida nos hace más sedentarios», revela Quintana, quien recomienda «que la mayoría de alimentos que tengamos requieran un cocinado, el preparar lo que vamos a comer nos permite centrar la atención en ello y evitar el picoteo casi inconsciente». Y la criba no solo afecta a los sólidos: «Elimina las bebidas alcohólicas y refrescos de la alimentación, no aportan ningún beneficio a nivel nutricional, y su aporte calórico es muy elevado. Aunque en el mercado existen bebidas saludables, es importante priorizar la hidratación con agua, incluso mejor si no es embotellada en plástico; este sencillo gesto ayudará a tu metabolismo y a la salud global».
3. No agobiarse planificando
«No enloquezcas con los menús semanales. Basta con tener una lista de la compra adecuada y un plan general», asegura la nutricionista licenciada en tecnología de los alimentos. En cambio, «hay que organizarse en términos generales; no es necesario planificar un menú con nombres y apellidos y andar pesando alimentos si eso te agobia. Si esto supone un problema, lo ideal es siempre acudir a un especialista en nutrición, dietista-nutricionista titulado, que pueda guiarte en función de tus gustos y necesidades».